Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Costumbres

La tradición de los hombres afeminados

Imagen
  Viste camiseta y bermudas como un tahitiano cualquiera. No lleva puesto maquillaje, tampoco aros ni anillos ni adorno alguno. Hasta el cabello —lo trae recogido en la nuca— muestra una incipiente calvicie varonil. Pero sus movimientos, sus gestos, son amanerados y su voz, algodonosa. Es lo que en Polinesia Francesa llaman mahu o raerae (se pronuncia “reré”), aunque no significan lo mismo. Mahu es un hombre afeminado. La tradición dice que eran primogénitos criados como mujeres para que cuidaran de sus padres en la vejez. Pero los primeros europeos supusieron algo distinto: que satisfacían las desviaciones sexuales de los jerarcas polinésicos. Lo más probable es que el origen estuviera en la costumbre polinésica de prohibir que hombres y mujeres comieran juntos, de la misma comida y del mismo fuego. El hombre ni siquiera podía proveer el alimento para su esposa e hijas; pero sí podía hacerlo el mahu , y así liberaba a la mujer de esa tarea. El mahu , que se considera hombre y e...

Nostalgia de los "trucks"

Imagen
Echo de menos los trucks . Fueron durante años el medio de transporte público de Tahiti. Eran camiones con caja de madera adaptada para transportar pasajeros. No tenían puerta. Se subía por una abertura en la parte posterior, que en los años ochenta o noventa, no recuerdo bien, se cambió por seguridad al costado derecho. El pasajero decidía si pagaba al subir o al bajar. Los trucks eran espejos de la vida polinésica. Rostros gauguinescos se sentaban en bancas estiradas a lo largo de los costados y charlaban y liaban cigarrillos y de repente rasgueaban un ukelele y a veces se ponían a cantar. Había trucks pequeños (unos 20 pasajeros) para los recorridos cortos. En los trucks mayores, esos con capacidad para casi 50 pasajeros y que continuaban pasado Arué y Punaauia, una tercera banca corría por el medio y los bultos grandes se cargaban sobre el techo. No tenían horario fijo. El conductor, a veces una mujer, era el dueño del vehículo. Todos los trucks llegaban al mercado de Papeete y...