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Qué islas visitar en tu viaje a Polinesia

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  118 islas forman parte de la Polinesia Francesa. No pocas disponen de alojamiento para turistas. ¿Cuáles, entonces, incluir en un viaje? El paquete más básico abarca Tahiti y Moorea. Es también el más económico porque no necesita aéreo interislas. El itinerario tradicional que prefieren la mayoría de los turistas es de 1 semana en Tahiti, Moorea y Bora Bora. En viajes de 2 semanas suelen agregar Huahine o Tahaa, y a veces, para una diferencia más marcada entre las islas, un atolón de las islas Tuamotu como Rangiroa, Tikehau o Fakarava. Las mejores playas se encuentran en Bora Bora, Moorea, Huahine, Tetiaroa, Maupiti, Raivavae y Tubuai. En las islas Tuamotu hay playas solitarias y con aguas de color y transparencia inigualables, tipo postal, pero en varias la arena es guijarrosa. Moorea es la isla con más variedad de actividades. Quienes buscan atractivos históricos y culturales consideren Tahiti, Huahine, Raiatea, Mangareva y las Marquesas, en especial Hiva Oa. Raiatea es atracti...

Sobrevuelo de Tahiti en helicóptero

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  Extracto del libro Impresiones de Polinesia, un viaje por Tahiti, Moorea, Bora Bora y otras islas, disponible en Amazon en formatos impreso y digital: Tome un sobrevuelo en helicóptero quien quiera admirar los paisajes montañosos de Tahiti. Es caro, sí, pero está entre las actividades más impresionantes de la isla. El vuelo penetra tierra adentro, se hunde en los valles, se estabiliza frente a cascadas que parecen congeladas en el aire. ¡Qué vistas! Algunas cúspides semejan agujas de piedra, otras, como la del monte Diadème, la cresta de un gallo. Riscos. Escarpas delgadas como láminas. Despeñaderos. Asombra la ausencia humana. Todo es verde, y ese verde contrasta con los vellones de nubes, con el blanco de las cascadas y el gris, moteado también de verde, de los acantilados cortados a pico. Una sensación del vuelo en helicóptero no la olvido nunca: cuando el helicóptero sube lenta, lentamente y paralelo a la pendiente, a baja altura, y se acerca a la cima, y cuando llega a la ci...

Nostalgia de los "trucks"

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Echo de menos los trucks . Fueron durante años el medio de transporte público de Tahiti. Eran camiones con caja de madera adaptada para transportar pasajeros. No tenían puerta. Se subía por una abertura en la parte posterior, que en los años ochenta o noventa, no recuerdo bien, se cambió por seguridad al costado derecho. El pasajero decidía si pagaba al subir o al bajar. Los trucks eran espejos de la vida polinésica. Rostros gauguinescos se sentaban en bancas estiradas a lo largo de los costados y charlaban y liaban cigarrillos y de repente rasgueaban un ukelele y a veces se ponían a cantar. Había trucks pequeños (unos 20 pasajeros) para los recorridos cortos. En los trucks mayores, esos con capacidad para casi 50 pasajeros y que continuaban pasado Arué y Punaauia, una tercera banca corría por el medio y los bultos grandes se cargaban sobre el techo. No tenían horario fijo. El conductor, a veces una mujer, era el dueño del vehículo. Todos los trucks llegaban al mercado de Papeete y...

Las playas de Tahiti

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La playa desde donde escribo es gris negruzca y pedregosa. Es playa pública, no porque existan playas privadas en Tahiti, sino porque así llaman a las playas que tienen estacionamiento (siempre gratis), servicios sanitarios y, habitualmente, un parque con sombra y amenidades. Está en Tautira, lejos de Papeete, en una puntilla protegida a medias por un arrecife de coral mar afuera. Las playas tahitianas suelen ser de arena oscura, con frecuencia guijarrosas y más de alguna —pienso en Teahupoo— de pura piedra. Las aguas tiran a un azul plomizo; originan cierto oleaje, que acá es manso, pero en otras playas —Taharuu, Ahonu, Papenoo…— engorda hasta formar olas surfeables. Tahiti sí tiene lindas playas de arena clara, dice alguien. Razón no le falta. En playas como Vaiava —también llamada Pk18—, Papehue y alguna otra en Punaauia y Paea, el mar, cuando le pega el sol con ganas, adquiere real viveza, luce azules más brillantes y aturquesados, y algún tonillo verde, colores de acuarela. Pero s...

Cuándo no viajar a Tahiti

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Llueve. Lo hace tenazmente desde hace cuatro días y ya asoman caras de hastío entre algunos turistas. Muchos compraron paquetes de una semana. Pagaron caro el viaje, les quedan apenas tres días antes del vuelo de regreso y todavía no han visto el sol, solo un cielo gris aplastante y paisajes insulsos de color. Tampoco han estado en la playa ni se han metido en el agua, que bajo la lluvia recuerda poco el turquesa resplandeciente que los sedujo a viajar. Es la primera quincena de diciembre, y si hay una fecha en que aconsejo no venir a Polinesia Francesa, es esta. Llueve todos los meses en las islas tahitianas. Las lluvias más frecuentes, intensas y prolongadas se desatan de diciembre a febrero. Y esta temporada lluviosa —que es la más calurosa también— suele principiar con unas dos semanas en que las nubes casi no cesan de botar agua. Tahiti y sus islas no están en el trayecto habitual de los ciclones que se forman en el Pacífico sur entre octubre y abril. Años atrás, estos golpeaban P...

En los confines de Oceanía

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Cerca no queda Mangareva. La principal de las islas Gambier comparte arrecife barrera y laguna interior con otras 9 islas volcánicas, casi despobladas, y 18 islotes de coral. Es archipiélago situado al sudeste de las islas Tuamotu, ya casi saliéndose del trópico. El vuelo desde Papeete toma 3 horas y 45 minutos, y una hora más cuando hace escala en Hao. En Mangareva no hay playas (las hay en los islotes y en Aukena y Taravai). En Mangareva tampoco hay hoteles, solo 4 pensiones que suman 17 habitaciones. Lo que sí hay son ostras y perlas de las mejores, y un monte, el Duff (441 m), a cuya cumbre ladeada los turistas suben, y una catedral que es el edificio católico más grande de Polinesia Francesa —el catolicismo penetró por las Gambier en Polinesia—, y ruinas de lo que alguna vez fueron escuelas, torres de vigilancia, conventos… Obras levantadas, con piedras, coral y esfuerzo, por isleños sudorosos y resignados, bajo las severas órdenes de los misioneros católicos llegados en 1834. En ...